jueves, agosto 31, 2006

Con este sí

Soy bastante cabeza dura y me gusta ir contra la corriente, por si alguien no lo sabe. Y hoy que todos hablan y opinan sobre marchas, contramarchas y demás yerbas, yo vuelvo a ocuparme de este tipo. Porque los problemas que algunos creen (o quieren hacer creer) que se arreglan con dos o tres medidas mágicas, requieren en realidad de un trabajo muy largo de amor y constancia como el que él hace. Aquí va esta nota del 4 de enero pasado para que lo vayan conociendo. Quién lo hubiera dicho, salió en el diario de Bartolo.


Alberto Morlachetti y su trabajo por los chicos

Alberto Morlachetti nació en Córdoba pero se define oriundo de Avellaneda, el lugar donde se crió y al que pertenece. Su infancia no fue fácil, trabajó desde chico, aunque eso no le impidió graduarse como Sociólogo en la Universidad de Buenos Aires. Trabaja desde hace más de treinta años por la niñez, dio origen a una gran obra a través de la Fundación Pelota de Trapo, y es un referente social para los vecinos de Avellaneda como para muchas otras personas y organizaciones del interior del país. No se define perteneciente a un partido pero tiene un claro juicio al hablar de la situación política.

Valora la belleza, la ternura y defiende la vida con ferocidad; habla de grandes ideales con datos muy concretos. Por momentos parece cansado de ver que poco ha cambiado, pero luego se entusiasma y arremete con palabras llenas de esperanza. Algo misterioso y con una intensa vida a las espaldas, Morlachetti es sin duda un hombre fascinante.

Materia prima no renovable. "Los niños son la única materia prima no renovable. Los niños son lo que se debe cuidar. El futuro es hoy, hoy están creciendo sus huesos, su sangre, como decía Gabriela Mistral. Nadie los cuida, y es por eso que el 70 por ciento de nuestros pibes viven bajo niveles de pobreza. No estamos cuidando a nuestros hijos y el futuro está hecho de ellos, nada más que de ellos", expresa.

El inicio. La primera de las obras que encabeza fue Casa del Niño de Avellaneda, con el objetivo de reforzar las estructuras de crianza; reforzar aquellos vínculos que los padres van dejando de lado por razones de pobreza. Los chicos llegan a la mañana temprano y se van a la tardecita. Casa del Niño tiene hoy una población aproximada de doscientos chicos: desde los 45 días a los 3 años van a la guardería y de los 4 a los 14 años están en la Casa. Brindan desayuno, almuerzo y merienda para los chicos que asisten en contraturno del horario escolar; si bien aún no son una escuela, es uno de los desafíos para el futuro. "Una buena alimentación y un buen estímulo a través de los colores, los cuadros, el teatro. Casa del Niño es una estructura muy bella que refleja eso", dice Morlachetti, para quien el arte y la belleza es parte fundamental para el desarrollo humano.

En Casa del Niño funcionan consultorios pediátricos, en los que atienden médicos del hospital Garrahan. Este es un servicio totalmente gratuito abierto a la comunidad ya que "para nosotros la salud es un derecho humano, por lo tanto debe ser gratuito."

Hogares de libertad. La segunda obra a su cargo es Pelota de Trapo, a través de la cual la experiencia nacida en Avellaneda se dio a conocer. Pelota de Trapo y Juan Salvador Gaviota son dos hogares, en los que viven 40 y 20 chicos respectivamente. "Trabajamos con chicos que tienen una condición de abandono, con una orfandad social, pero que tienen padres. Se desintegra el núcleo familiar, y entonces el chico pasa a vivir en la calle, a estar en el lejano país de la intemperie", describe Morlachetti. La relación vincular con el responsable adulto es el sostén de estos hogares. Así lo explica Alberto: "Se establece una relación vincular con el educador, el educador está ahí, no hay turnos rotativos, vive y se desarrolla ahí. No es un hogarcito, no es una familia sustituta. El educador establece un vínculo con el chico, ese vínculo seduce al chico, seduce para una vida mejor. En ninguna forma le corta las alas, la libertad de un chico es un insumo básico."

Seducir para la vida. Algunos chicos ingresan con delitos primarios, y la casi nula reincidencia es uno de los orgullos de quienes trabajan en Pelota de Trapo. "La figura referencial es muy fuerte, porque los chicos que vienen a Pelota de Trapo o a Juan Salvador, vienen de un sistema que los ha seducido para la muerte. Entonces la tarea fundamental del educador es seducir para la vida. Y seducir para la vida significa volver a acariciarlos, volver a nutrirlos, entender que un beso no es una ridiculez, sino que es la mejor sensación entre dos seres humanos que se quieren. Y eso no es fácil, eso no lo pueden hacer los celadores de los institutos ni los guardacárceles de los servicios penitenciarios", cuenta.

Un niño sin niño. "El chico deviene adulto en contacto con adultos, y deviene humano en condiciones humanas, … por eso el chico en los institutos o los adultos en las cárceles establecen contacto con la institución, con las paredes, no con personas, todos rotan, y nunca nadie queda fijo, para amar; y la gente nació para amarse (…) La magia de los reyes magos, esconderse en algún pesebre, esto es tan necesario como frotar la lámpara de Aladino para pedirle los tres deseos al genio, sin esto no hay niñez. Como no hay niñez, no les das los insumos básicos de la crianza humana: pan, ternura, caricia, guardar su primer dientecito de leche, su primer cuaderno, son cosas básicas que hacen al niño. Si vos le sacás todo eso a un chico no existe niño, existe otra cosa, es ‘un niño sin niño’ como decía Serrat."

El trabajo de aprender. La imprenta es otra de las obras surgidas de la sensibilidad de Morlachetti, donde el trabajo es concebido en clave educativa, como fuerte factor pedagógico para los chicos que muchas veces son apartados de las estructuras escolares porque no entran en los esquemas curriculares. "Muchos de estos chicos en estas escuelas son resistidos, porque la escuela tiene una currícula fija, que no puede entender que estos chicos cometan travesuras. Y se confunde a veces la travesura con un delito, y nosotros entendemos que eso es un horror pedagógico. Nunca hay que confundir travesura con delito", explica.

En la imprenta los chicos aprender a escribir, a realizar operaciones matemáticas básicas, y los hábitos de una responsabilidad compartida. Con el mismo criterio surgió una panadería, y luego una granja en Florencio Varela.

Comunicar. "Creamos la Agencia de noticias porque creíamos que debíamos tener una agencia de noticias de niñez y juventud propia. Al principio estaba pensada solamente para los hogarcitos, y hoy tenemos 60 mil lectores", cuenta casi con sorpresa. Todos los días se cargan notas en la página web, se envían correos a los miles de lectores, que aumentan a razón de tres a cinco por día. Además se publica un boletín impreso que se distribuye a los suscriptores semanalmente. El contenido de ambas publicaciones proviene de material publicado por otros medios, noticias propias o de la red de organizaciones con las que están ligados en el interior del país.

Plantar un árbol. "Cuando fundé Pelota de Trapo los chicos que llegaban con toda su carga de violencia tenían que plantar un árbol, y entonces se planteaba toda la discusión de cómo había que plantarlo -porque era en un terreno de deshecho industrial- si hay que ponerle tierra negra, si un balde, entonces si era medio lleno, o lleno del todo… porque era más pesado para trasladarlo, y eran tan tránsfugas… y yo los quería tanto. ¿Por qué yo hacía plantar un árbol? Porque yo creía que iba a ser una plaza, iba a ser la plaza más hermosa de todas, porque yo creí que Pelota de Trapo iba a desaparecer… evidentemente han pasado muchos años y Pelota de Trapo está. Todas esas cosas salieron bien, yo no me puedo quejar, pero de todas formas nosotros trabajamos sobre un universo muy acotado. Nosotros podremos atender muchos chicos por día, y es un número insignificante dentro de nueve millones de pibes que se están muriendo por la pobreza."

Más obras. La biblioteca es gratuita y abierta al barrio, donde muchos chicos concurren a estudiar a diario. La Escuela de Educadores se suma a la lista: es concurrida por gente de todo el país y también de Uruguay y forma docentes para atender niños en los hogares Pelota de Trapo y otros. En las mismas instalaciones funciona la Escuela Gráfica, donde se forman hasta llegar a ser oficiales gráficos, que ingresan al mercado a través de un sistema de pasantías que les permite realizar prácticas en el último periodo del aprendizaje que dura alrededor de 18 meses.

Vinculados. "En 1987 nació el Movimiento de los Chicos del Pueblo, junto a la figura del obispo Novak, y en ese momento el padre Carlos Cajade, que acaba de morir. Después surgieron las marchas, por supuesto nuestros movimientos deben ser necesariamente pasivos", dice Morlachetti, que está planeando sus vacaciones: subirse al auto y recorrer las obras del interior del país, solo y sin demasiadas previsiones, es su idea del tiempo libre para éste verano.

¿Qué necesitamos? "Habrá que erradicar el hambre, traer trabajo a la gente, alegría a los hijos, educación a nuestros niños, de lo contrario no hay futuro, no hay nación para nosotros. Una nación es rica cuando su pueblo es rico. Todo aquello que vaya en contra de nuestra Constitución es una deuda magna, si hay hambre de nuestros niños es una deuda magna, si no hay escuela para nuestros niños es una deuda magna. ¿Qué nos pasó a la humanidad para que lleguemos a donde estamos? Una humanidad donde contás hasta tres y se muere un niño. Una humanidad que tributa 30.000 niños a la muerte todos los días. Creo que alguna vez tenemos que ponernos de acuerdo los seres humanos en otro tipo de sociabilidad humana, ¿cuál es? no lo sé. Distinta por supuesto", concluye.

Itatí Cabral

miércoles, agosto 30, 2006

Yo no voy

Parece que es obligatorio opinar sobre la marcha convocada por el Sr. Blumberg para mañana. Yo no voy a ir, pero que nadie se preocupe, tampoco voy a armar ninguna contramarcha, no tengo bases que me obedezcan o que me puedan desobedecer. La libertad es libre, como suele decirse. Recomiendo los posts emitidos al respecto por el colega Artemio, para quien le interese polemizar.

A mí me resulta más gratificante difundir esta solicitada aparecida el domingo pasado (según creo, únicamente en Página/12). Una cosa es perder a un hijo (lo que no le deseo a nadie, y en ese aspecto respeto y acompaño los sentimientos del Sr. Blumberg), y otra muy distinta cómo se actúa en consecuencia a lo que se ha sufrido. Ahí, yo estoy con los firmantes de este texto.


SOLICITADA

De seguridad hablamos...

Nosotros, Madres, Padres, Hermanos, Hermanas, Hijos e Hijas que hemos perdido a nuestros seres amados en forma violenta queremos, por este medio, contribuir al debate social sobre el tema de la inseguridad. Y hacerlo desde la terrible experiencia de haber atravesado la tragedia, pero también desde la reflexión y el sentido común. creemos que la violencia que condiciona nuestra sociedad tiene orígenes mucho más profundos y complejos que la visión utilitaria con la que se quiere tratar el tema en estos días.

Nosotros, que hemos vivido en carne propia el problema, sabemos que esto no se soluciona con dos o tres medidas mágicas. Nunca resulta tapar el sol con el dedo.

La violencia campea por estas tierras desde hace tiempo: la violencia de la tortura, la desaparición forzada de personas, la policía de gatillo fácil, la corrupción de bolsones del Estado, la impunidad generalizada y la ineficiencia de los órganos encargados de aplicar la Ley. Durante décadas de salvaje exclusión y corrupción, se destrozó el tejido social y se multiplicó el desamparo. En la ideología del cada uno por su cuenta, del no te metás, del sálvese quien pueda. 30 años de decadencia no se recuperan con medidas cosméticas. Esto tiene un costo: la vida de nuestros hijos.

Por ello queremos llamar a la cordura, a recordar que la policía de la mano dura llenó de cuerpos las calles y probó que no es la solución, es parte del agravamiento del problema. El conflicto es mucho más complejo, ¿de qué sirve aumentar las penas si las cárceles son depósitos de personas y en los hechos terminan siendo una universidad de delincuencia y degradación humana? La solución está del lado de la educación, la recuperación y la reinserción de quienes han delinquido.

De paso, recordemos que los primeros en entrar y salir de las cárceles son los poderosos comprando voluntades para torcer el sistema, dando el ejemplo de que es posible violar la Ley impunemente. Cuando se habla de menores, ¿no deberíamos empezar por preguntarnos qué hacen en la calle en lugar de la escuela? ¿Y quién les vende las armas o el paco? (Porque los niños no los fabrican).

Si queremos hablar de Seguridad, hablemos de Políticas de Estado que abarquen la educación, la salud, la igualdad de oportunidades, la asistencia a la niñez en peligro, trabajo para sus padres y vivienda para las familias. De igualdad ante la ley, acceso a la Justicia, reconstrucción de las Instituciones.

Decimos que la seguridad es una consecuencia de la justicia, la equidad, el respeto al otro y la solidaridad, no lo contrario. Es imperativo otorgar de hecho y de palabra una indiscutible jerarquía de valor supremo a la vida. Con cumplir con la Constitución alcanza. Seguridad y Derechos Humanos son sinónimos, no opuestos. Las soluciones mesiánicas no sirven.

Por eso llamamos a la búsqueda de consenso, al abordaje multidisciplinario, la tolerancia hacia el diferente, a arrojar salvavidas en lugar de atar piedras de molino al cuello, ése debe ser el camino. El que esté libre de culpa que arroje la primera piedra, pero se hará responsable del crimen subsiguiente.

Este es un camino largo y arduo, pero es el único camino que toda sociedad humana debe asegurar para todas y todos. Vale la pena, porque la próxima víctima puede ser tu hijo.


Laura y Gustavo Melmann (Natalia) - Rosa y Néstor Bru (Miguel) - Dolores Demonty (Ezequiel) - Raquel y Jorge Witis (Mariano) - Mónica y Delicia Britos (Santiago del Estero) (Osvaldo) - Pablo Blanco (Lautaro) - siguen firmas...

viernes, agosto 18, 2006

Llamado a la solidaridad

Una amiga dedicada al arte me hizo llegar este mensaje para su difusión. No se trata de un asunto que afecte la paz mundial ni que defina las claves de la coyuntura política, pero es un ejemplo de las arbitrariedades que cometen burócratas de bajo vuelo y que nos afectan a todos como comunidad.


Asunto: Contra el cierre de la Cárcova
De: "Centro Argentino de Investigadores de Arte"
Fecha: Thu, 17 Aug 2006 12:50:11 -0300 (ART)

A nuestra Comunidad Educativa:

Les solicitamos nos ayuden a difundir este evento todo lo posible y lo transmitan a los medios de comunicación que tengan posibilidad de contactar, porque es muy importante que este Festival reciba el máximo apoyo de toda la comunidad del IUNA para recuperar la Escuela de Bellas Artes "Ernesto de la Cárcova", esta emblemática, histórica y prestigiosa institución que la repudiable acción política del Rectorado del IUNA consiguió cerrar quedándose con el predio, el Museo y el edificio.

Muy agradecidos.

Cordialmente

Prof. Julio García Cánepa
Decano Director
Dpto. de Artes Musicales y Sonoras
www.artesmusicales.org


Domingo 20 de agosto desde las 12 hasta las 18 hs. en Dellepiane 1701 y Costanera Sur (enfrente de la fuente de las Nereidas)

Festival Artístico Interdisciplinario

(visuales, teatro, danza, música, audiovisuales)

Contra el cierre de la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova.

Los estudiantes, docentes y no docentes de la Cárcova; los estudiantes de Formación Docente, Arte Dramático, Danzas, Audiovisuales, Visuales y Música invitamos al festival artístico para expresar nuestro repudio al intento de la Rectora del IUNA Liliana Demaio de cerrar la histórica Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y su Museo de Calcos, para transformarlos en un centro cultural, privando a las actuales y futuras generaciones de estudiantes, del espacio que el maestro de la Cárcova creó en 1923 como el postgrado de Artes Visuales.

Los esperamos este domingo para defender la educación publica y gratuita de arte, y los postgrados gratuitos de esta histórica Escuela Superior.

Haciendo un poco de historia...

El Instituto Universitario Nacional del Arte fue conformado a partir de las distintas escuelas terciarias de arte: López Buchardo de música, Cunill Cabanellas de Teatro, Prilidiano Pueyrredón, Escuela nacional de Cerámica y Ernesto De la Cárcova de Artes Visuales, Antonio Barceló de Folklore, Maria Ruanova de Danza. El IUNA es la primera universidad pública autónoma y autárquica dedicada íntegramente a los lenguajes artísticos del país y la única en Latinoamérica. Nacimos por decreto, bajo la Ley de Educación Superior en el gobierno de Carlos Menem, quien dispuso a Raúl Moneta como Rector Normalizador. Por mas de 6 años Moneta
se encargó de tejer nefastos manejos legándonos un sistema viciado y corrupto, aun así en junio de 2005 antes de terminar su mandato, presentó su renuncia para evitar ser destituido. La Prof. Liliana Demaio (ex decana del Dpto. de Arte Dramático) es elegida de manera ilegítima durante las vacaciones de inverno sin propuesta para la universidad y sin el 50% de los consejeros estudiantiles en sus bancas. Desde que asumió bajo el lema de "pluralidad y consenso", no ha hecho más que boicotear el voto de los consejeros docentes y estudiantes. Hoy peligra no sólo la educación universitaria publica y gratuita, sino también lo que debería ser patrimonio nacional: la escuela de postgrado en Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, que históricamente pertenece al lenguaje de las Artes Visuales y además fue creada y gestionada por el artista Ernesto de la Cárcova para la producción de este Arte. Esto consta en el dictamen del Ministerio de Educación de la conformación del IUNA que además fue ratificado por resolución del Consejo Superior del 2006.

Haciendo oídos sordos a todo esto, Demaio dispuso por resolución que el presupuesto, los terrenos, los muebles e inmuebles, el gabinete de estampas, el museo de calcos y la biblioteca quedaran en manos de su rectorado, y dependiendo la cuestión académica del Dpto. de Visuales.

Es importante aclarar que lo que hoy sucede en La Cárcova es solamente una muestra del desastre presupuestario que la rectora supo construir, dejando a todos los departamentos de esta universidad sin el presupuesto básico para sostener el pago a docentes y los espacios áulicos adecuados para cada lenguaje, sosteniendo además sedes aranceladas. El día 10/08/06, durante la sesión del Consejo Superior se volvió a votar la transferencia de La Cárcova, pero contrariando el espíritu de lo ya resuelto en consejos anteriores, dejando de lado lo consensuado por estudiantes, docentes y no docentes de nuestra comunidad. Desde Moneta en el pasado hasta Demaio en la actualidad, no nos sorprende que su política que divide para gobernar, que corrompe para acumular poder repetidamente deje el arte y a sus hacedores afuera, en aras de la sociedad de consumo.

miércoles, agosto 09, 2006

La verdad es otra

Voy a sincerarme. Si me abstuve durante varios días de aportar a este blog, no fue por fiaca sino por otras razones. La primera, haberlo escuchado a Mario Wainfeld en su programa de Radio Ciudad el jueves 27 de julio cuando citaba mi entrada sobre los hechos de Medio Oriente y pasaba la Milonga del Moro Judío por su autor. Sentir por un lado que me habían llegado los quince minutos de fama que me había predicho McLuhan, y por otro que el origen de esta efímera fama era mi tristeza ante la tragedia que se está viviendo, me dejó bastante desorientado. Y después siguieron llegando malas noticias, más notas de Robert Fisk desde el Líbano, y las fotos de los chicos...

Entonces, me sentí quizás como Adorno cuando dijo "No se puede hacer poesía después de Auschwitz"...no se puede escribir después de ver esto.

Pero la vida sigue, aquí y allá (para los que todavía sobreviven). Y no se logra nada quedándose callado o de brazos cruzados. No soy un admirador incondicional de Horacio Verbitsky. Pero esta nota que publicó el domingo en Página/12 me conmovió profundamente y comparto en gran parte sus conceptos. Sé a qué foto del Holocausto se refiere, es imposible de olvidar. Y al igual que le pasa a él, a la foto que acompaña a su texto (no la pongo aquí) tampoco la voy a olvidar mientras tenga conciencia.


El niño gris
Por Horacio Verbitsky

La imagen del niño gris me asediará mientras viva, como ocurre con una del Holocausto en la que un chico de cinco o seis años, arreado rumbo a la solución final nazi a punta de ametralladora, camina con las manos en la nuca y mira con estupor a la cámara. Es decir a mis ojos.

El niño gris no mira. Sus ojos están cerrados. Un hombre lo lleva en andas, en posición vertical. Sólo unos fluidos que gotean de su nariz y de su boca indican que no se trata de una escultura. Cada partícula de su cuerpo y de sus ropas están cubiertas con el polvo de la mampostería del edificio que se derrumbó sobre él en Qana, acaso la ciudad bíblica en la que Jesús hizo el trueque milagroso de agua en vino durante la celebración de una boda. Pero hoy se celebran funerales y no hay milagro que pueda despertar de un sueño espantoso a esa criatura y a quienes vimos su foto.

El doble mensaje del descargo posterior es un anecdótico agravante: mientras el gobierno israelí niega haber sabido que en ese edificio hubiera civiles refugiados, un videoclip que hacen circular por Internet sus organizaciones de apoyo muestra una toma aérea de un supuesto camión lanzador de cohetes que luego de cumplida su tarea estaciona en el garage de una casa. Con tal inteligencia, sus aviones atacaron un camión frigorífico que cargaba verduras y liquidaron a los campesinos que las habían cultivado. La secuencia fílmica de propaganda israelí es tan confusa como la que Colin Powell presentó en las Naciones Unidas para demostrar que Irak poseía armas prohibidas y que el propio ex Secretario de Estado terminó por reconocer como falsa. Pero letreros en hebreo e inglés explican cada cuadro hasta llegar a la conclusión de que si los agresores se refugian entre civiles es legítimo masacrarlos. No es así. Semejantes medios descalifican cualquier fin. Ninguna meta vale la pena de ser alcanzada a ese precio, ninguna ofensa previa lo justifica, cuando ningún peligro corre hoy la existencia de Israel.

Este horror insoportable fue planificado a lo largo de años. Es parte de una campaña que comenzó en octubre de 2001 con los bombardeos y la invasión estadounidense en Afganistán. Prosiguió en junio de 2002 cuando Bush formuló la doctrina del ataque preventivo y dijo que la única estrategia posible era golpear primero, “enfrentar las peores amenazas antes de que se concreten”. Millones de toneladas de bombas fueron arrojadas preventivamente sobre Irak a partir de marzo de 2003 pese a la evidencia de que no había relación entre su gobierno y la organización saudita que en setiembre de 2001 atacó los símbolos del poder militar y financiero en Washington y Nueva York. Cuando se demostró que en Irak tampoco había armas de destrucción masiva, Estados Unidos cambió de excusa: se trataba de llevar la democracia a ese país y de remodelar el mapa de Medio Oriente.

En abril de 2003 se difundió la denominada “Hoja de ruta” estadounidense. Corolario de la doctrina de la guerra preventiva, ese plan se desentiende de la ocupación israelí de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental y centra sus propuestas en el combate a la violencia palestina, concebida casi como una esencia, un argumento ontológico sin relación con el sufrimiento de un pueblo expulsado hace más de medio siglo de su tierra.

Consecuencia de todo ello fue el desconocimiento de la autoridad ejercida por Yasser Arafat, en procura de establecer un nuevo gobierno palestino “que actúe con decisión contra el terror y tenga voluntad de construir una democracia activa basada en la tolerancia y la libertad”, según la Hoja de Ruta. A ello siguió el sitio y demolición a las oficinas de la Mukata’ah en Ramalah, donde el líder histórico de la causa nacional palestina sobrevivió meses sin luz y con escasos alimentos, y por último su misteriosa muerte debida con alta probabilidad a un deliberado envenenamiento. Lejos de allanar el camino hacia una negociación de paz, la desaparición de Arafat la hizo cada vez menos probable. El creador de Al Fatah y la OLP no sólo había luchado por independizar de Israel a su pueblo. También buscó liberarlo de la tutela de los reaccionarios gobiernos árabes con los que prefería entenderse Israel.

El desprecio y el aislamiento al que Israel sometió a la débil presidencia de Abu Mazen, que sucedió a la de Arafat, condujo en enero de este año a la victoria electoral del partido islámico de la resistencia, Hamas, vinculado con Irán. No se entiende por qué ese resultado causó tanta sorpresa, si la anterior invasión israelí al Líbano provocó el surgimiento del también islámico movimiento Hezbolah, bajo control sirio.

Hamas y Hezbolah son, además, dos organizaciones confesionales, a diferencia del movimiento laico e independiente que lideraba Arafat. Pero las bancas que ambos movimientos ocupan en los gobiernos libanés y de la Autoridad Palestina las ganaron en comicios libres. Desde que asumió el nuevo gabinete palestino, Israel le negó el agua y la sal y en el comienzo de la última ofensiva arrestó a sus ministros y demolió sus sedes, para demostrar que la democracia es un lujo que no se pone al alcance de cualquiera. La Argentina conoció hace medio siglo esa ilustrada concepción de la democracia sólo para los democráticos, que no suelen coincidir con las mayorías, en consecuencia proscriptas y reprimidas hasta la desesperación.

La necedad de la dirigencia judía argentina, que ofreció su tribuna al embajador de Israel para que justificara la brutal violación de su país al derecho internacional humanitario y de los derechos humanos la emparenta con el lobby judío de los Estados Unidos, que ha contribuido a impedir cualquier acuerdo negociado entre los pueblos de Israel y Palestina. Para mayor irrisión ese acto provocativo se realizó a pocos metros de la esquina de Palestina y Estado de Israel, que simboliza la afectuosa convivencia entre las colectividades árabe y judía, sin igual en el mundo. Todos deberíamos cuidarla como el precioso capital que es y que el menemismo malversó como tantos otros bienes sociales. En el aniversario del atentado contra la AMIA, esa misma conducción no tuvo mejor idea que reclamar la ruptura de relaciones con Irán, como si los dos bombazos de la década anterior no le hubieran bastado para aprender la virtud de la prudencia.

Cuesta creer que las maquinarias militares y de inteligencia más sofisticadas del mundo obtengan resultados tan contrarios a los que declaran perseguir. Por torpeza o por cálculo, los misiles estadounidenses e israelíes siembran teocracias que desplazan a gobiernos laicos, ya sean dictatoriales como el de Saddam Hussein o relativamente democráticos como los del Líbano y la Autoridad Palestina. Las réplicas de Hamas o Hezbolah, ya sean bombas humanas o cohetes (mal) guiados, son tan insignificantes en proporción que es ridículo establecer cualquier equivalencia. Pero también recaen sobre los civiles. La guerra pasa a ser un estado permanente y del resto del mundo sólo se reclama que se habitúe al martirio de los niños grises.

Para eso no cuenten conmigo. Detener la mano asesina es un imperativo categórico.

lunes, agosto 07, 2006

Qué fiaca que tengo

Está bueno esto del blog che...uno anda con fiaca, no escribe por un día, una semana o un mes y no pasa nada. Qué suerte que uno no es periodista, de esos que se la pasan corriendo contra reloj para entregar una nota antes del cierre. En fin, aportaremos un granito de arena en el debate de los superpoderes que tanto apasiona a los politólogos (confieso que a mí no me mueve demasiados pelos). Y como realmente sigo con mucha fiaca, al igual que tantas otras veces voy a cederle la palabra a alguien cuyo pensamiento comparto en gran medida. Hoy le toca a J.P. Feinmann (el bueno), con esta nota que publicó ayer en P.12.


Oficialistas y opositores

/fotos/20060806/notas/NA40FO01.JPG
Por José Pablo Feinmann

País que se repite éste. Como tragedia, como comedia, como lo que sea. Pero que se repite, se repite. Ahora, el ambiente político (no el social: el social permanece ajeno a todo este estruendo) estalla a cada minuto porque el kirchnerismo ha impuesto una ley a la que llaman de los superpoderes. El país político, en suma, se ha dividido en dos: el oficialismo y la oposición. Se dirá que siempre está dividido así y que todo oficialismo debe tener una oposición que lo controle. Es cierto. Pero –aquí, hoy– el oficialismo y la oposición se llevan a las patadas, se agreden, se arrojan motes con frecuencia inverosímiles. Pero, según dije, esto no es nuevo. Es posible detectar en la figura romántica (es un excelente poeta) de Santiago Kovadloff una versión siglo XXI de Echeverría. Y en Beatriz Sarlo una de Victoria Ocampo. Este sería el bando unitario. El hegemonismo de Kirchner, su manejo del aparato justicialista y su militancia en la izquierda peronista de los ’70 (que reivindicaba a los gauchos del federalismo) lo ubican en la franja federal. Esa historia se conoce. Juan Manuel era autoritario y los jóvenes románticos de Montevideo y la sociedad de los pudientes reclamaban por las libertades públicas. Luego –en el siglo XX– el país se dividió entre personalistas y antipersonalistas. Los primeros se nuclearon alrededor de don Hipólito Yrigoyen, que había regresado al gobierno en 1928 y era acusado de demagogo, populista, amigo del pobrerío y otras calamidades. Del otro lado, estaban los antipersonalistas, que habían surgido al calor de la presidencia de Marcelo T. de Alvear, hombre de refinados modales, afecto a las veladas del Colón y frecuentador de terratenientes, poetas como Lugones y militares como Agustín P. Justo. Por último, Perón y los antiperonistas. Los antiperonistas representaban la democracia, la libertad y el republicanismo pisoteado por la demagogia populista del líder obrerista y militar.

Tenemos, entonces, tres relaciones binarias. Unitarios y federales. Personalistas y antipersonalistas. Antiperonistas y peronistas. ¿Qué tienen en común los primeros? Reclaman por las libertades civiles pisoteadas, afirman que se ha ultrajado a la república, que la demagogia cunde, que el líder populista manipula a las mayorías en su beneficio, que la democracia está ausente y la cultura también, pisoteadas ambas. Hay, siempre, presos paradigmáticos: Tagle, Mármol y el general Paz bajo Rosas. Balbín y, no perdamos el tiempo, Victoria Ocampo bajo Perón. (Hubo muchos más, pero me refiero a los paradigmas que arman el relato.) ¿Qué tienen en común los segundos? Son personalistas, líderes, son férreamente obedecidos por los partidos que representan, no tienen apego a las formalidades del poder dado que prefieren ejercerlo más que honrarlo y –por egoísmo, por convicción o por lo que sea– se acercan a las masas y las benefician.

Kirchner obtuvo esa ley que quería. La reclama porque –dice– no lo dejan gobernar. Con esta ley sus decisiones saldrán más veloces y seguramente aumentará su caudal en las encuestas. Kirchner tiene, en efecto, una tendencia hegemonista. Debiera saberse que no hay gobernante de raza que no se enamore del poder. K lo sucede a De la Rúa, que no ejerció el poder y llevó el país al cuasi desastre. Esto la gente lo sabe, de aquí que le agrade la figura fuerte, el porte de soberano que exhibe Kirchner. (Además, De la Rúa anda libre, sus hijos –un monumento a la tilinguería y la corrupción– se siguen llenando de oro, el estado de sitio de ese radicalismo provocó treinta muertos y, para colmo, ahora viene Shakira.) Volviendo: K tiene porte de tipo que quiere gobernar y que no lo molesten. Esto, a la gente, le gusta, le gusta también que el país crezca, que la economía ande bien y seguramente Kirchner (quien, que nadie lo dude, será el candidato del 2007) se alzará con una segura victoria en las urnas.

El 2 de agosto, un día antes de conseguir los superpoderes, Kirchner, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, impulsa un homenaje al obispo Angelelli, asesinado el 4 de agosto de 1976, en tanto muchos demócratas y republicanos de hoy escribían editoriales escalofriantes o de elegante apoyo a la Junta de Videla. El oficialismo, hasta la fecha, ha sido acaso excesivamente reticente para publicarlos. Kirchner, en la Rosada, declara duelo nacional la fecha de la muerte de Angelelli y dice que lo hace “en conmemoración a los religiosos víctimas del terrorismo de Estado”, también dice que Angelelli era “un obispo comprometido con el pueblo”. A mí me parecen muy importantes estas cosas de este gobierno y sé que nadie de la oposición republicana habría hecho algo así. En principio, porque muchos eran cómplices del poder que mató a Angelelli. Pero –y desearía ser claro en esto– cuando uno rinde homenaje a un hombre de la conmovedora valentía de Angelelli tiene que recordar que la opción de esos sacerdotes de los setenta (porque, en los setenta, señores, hubo curas revolucionarios, y no llevaban metralletas sino la pasión de Jesús por los pobres, y jamás cambiaron una palabra con Galimberti o Firmenich) era, sigo, la “opción por los pobres”. Son varios en el país los que desean marginarse de la antinomia oficialismo y oposición. Son varios los que le piden al personalista que gobierna y que pide más poder para gobernar que, si lo obtiene, sea para ejercer la opción que ejercía Angelelli: la opción por los pobres. A mí siempre me conmovió el modo que tenían los pastores de los setenta de enunciar su modo de comprometerse en lo político: siempre me gustó cuando hablaban de la opción por los pobres. Si hay superpoderes, que sean para esa opción. Si se honra a Angelelli, que se honre a su causa. Si esa opción se ejerce al costo de menguar algunas virtudes democráticas, vale. Pero si no, nosotros nos quedamos huérfanos. Sin paradero. Porque no podemos engrosar las filas del republicanismo. Porque sabemos (y volveremos sobre este tema) que los reclamos de democracia y republicanismo siempre vinieron de quienes, en el poder, los negaron, porque sabemos que bajo el manto de la democracia y la república el poder fue asaltado por militares, ganaderos, diplomáticos alineados con Estados Unidos, macartistas y siempre una elite intelectual sumisa, silenciosa o, sin más, cómplice. Piénsese en el papel que jugaron Jorge Luis García Venturini y Víctor Massuh antes y después del golpe del ’76. Será, además, atinado observar que nadie de la oposición republicana le pide a Kirchner que intensifique la opción por los pobres que predicó Angelelli. Eso pareciera no importarles. No les importó a los unitarios. No les importó a los antipersonalistas. No les importó a los antiperonistas del ’55, que mataron clandestinamente, fusilaron y persiguieron. Siempre, para los pobres, vinieron tiempos duros toda vez que asaltaron el poder los salvadores de la República.

Pero, si Angelelli estuviera entre nosotros, estaría con la democracia. ¿Por qué? Porque a él lo mató la negación de ella, lo mató la dictadura. De aquí que haría suyas las dos opciones: la opción por los pobres y la opción por la democracia. Y aunque nuestra democracia no dio de comer y ha tratado muy malamente a los pobres, Kirchner deberá respetar esas dos banderas: la de los pobres y la de la democracia; aunque ésta a veces lo incomode, ya que es posible que lo fastidien algunos laberintos en los que encuentra trabas a su personalismo. Pero esto no es, como dice Sarlo, por su pasado setentista. La generación del ’70 no creía en la democracia porque la democracia era una palabra de los represores y hasta de los asesinos. Y si soñaba con un estado revolucionario era porque era hija de los tiempos y soñaba, sobre todo, con la revolución. Sin duda, Sarlo ya no sueña con nada de eso y está muy cómoda con haber llegado de la izquierda marxista a las páginas de La Nación. Bien, ya es lo que se propuso desde 1984: nuestra Victoria Ocampo. (Mejor dicho: la de ellos.) Pero debería respetar la historia de sus compañeros de ayer; hoy, la mayoría, desaparecidos. ¿Qué conocíamos nosotros, en los setenta, de la democracia? Los golpes militares, los fusilamientos que Walsh nos narró en Operación Masacre, los bastones largos, el derrocamiento de Illia (porque, sin duda, habría de dar elecciones libres y eso traería al “tirano prófugo”), el asesinato de Felipe Vallese, de Santiago Pampillon, la matanza de Trelew, todo eso se hizo en nombre de la democracia. Cuidado, entonces, con hacer de la palabra “república” el camino hacia una nueva aventura inicua. Y escúchenos, Presidente: la opción es la de Angelelli y, hoy, todavía, la miseria sigue aunque se lo venere en el Salón Blanco de la Rosada. Si los superpoderes son para esa opción, que pasen. Pero si no, ¿qué hacemos nosotros, los que queremos un país justo y libre que alimente a sus pobres?